Fue construido en el año 1933, durante la Segunda República. El arquitecto fue Diego Serrano, que además era del municipio de La Guardia.
Su carácter público ha hecho que siempre sea un lugar muy popular. Si lo equiparamos con la actualidad, se podría decir que el Lavadero era la red social de aquella época.
Este emblemático monumento, en muy buena conservación, está constituido por 42 pilas separadas en 2 hileras, en las que el agua provenía de un manantial.
Restaurado recientemente, se puede visitar y disfrutar del ambiente, aún impreso en él, del quehacer diario de las personas que lo llenaban en sus tareas cotidianas de higiene.
En él también se pueden observar los utensilios típicos de la época que los propios vecinos y vecinas han donado para su exposición.
En la 1ª planta se encuentra también el Museo y sala de Exposiciones Fuente Lavadero, cuyo nombre hace honor a dicho lugar.